domingo, 2 de agosto de 2015

Quietos, malandrines, folloncicos.



Las olas del mar se metamorfosearon en paja de cereal. Tal vez fue "un malandrín encantador".

Este año no hubo malandrines y el mar se me mostró así de hermoso, en el "Portus Blendium" de los romanos.






Ya veis que poco respeto le tienen al señor Cantábrico.

¡Y ahora me voy al otro mar! 

Quietos, malandrines, folloncicos.

Sí, ya sé que las olas de cereal también son hermosas, Sor Austringiliana.


1 comentario: